dilluns, 12 de març del 2012

"El papel de los think tanks en el cambio político español y en el escenario postelectoral"





Las elecciones generales españolas del pasado 20 de noviembre del 2011 estuvieron marcadas por la complicada situación económica. En este sentido, el cambio político en España se enmarca en la caída de gobiernos europeos como consecuencia de la crisis mundial de los mercados. Así, pues, la victoria aplastante del Partido Popular (PP) se fraguó por la mala gestión realizada por el Ejecutivo socialista. El propio ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero así lo reconoció en su último discurso como Secretario General del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) : “Tardé en reconocer la crisis”. Ante esta situación, es conveniente analizar como los think tanks orgánicos de los dos partidos mayoritarios españoles encararon la compleja situación económica.

En primer lugar, la Fundación Ideas para el Progreso ―el laboratorio de ideas del PSOE― creó un Comité Científico con el objetivo general de orientar las líneas de actuación e investigación de la fundación y los encargos específicos, de nutrir el programa electoral socialista para los comicios generales del marzo del 2008 y preparar la presidencia europea que Zapatero desempeñó el primer semestre del 2010. Este ‘consejo de sabios’ estaba formado por varios Premios Nobel como Torsten Wiesel (medicina), o Joseph Stiglitz (economía) e figuras intelectuales de gran prestigio como André Sapir, Loretta Napoleoni, Helen Caldicott, George Lakoff, Philip Pettit o Nicholas Stern. Cómo ya aconteció en las elecciones del 2008, este Comité Científico inspiró el programa con el que el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, se presentó a las urnas. Entre otras muchas propuestas, destacaron los impuestos a la banca y a las grandes fortunas, la reactivación económica mediante el gasto público o el acercamiento al movimiento de los ‘indignados’.

Por su parte, el PP mantuvo una estrategia conservadora durante la fase final del mandato de Zapatero consciente de los buenos resultados que le auspiciaban las encuestas. En este contexto, la campaña de Mariano Rajoy fue mesurada y cautelosa y no se salió del guión previsto en ningún momento. Del mismo modo, su think tank interno, la Fundación FAES (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales) se dedicó a nutrir un programa electoral pensado para ganar las elecciones y gobernar con propuestas basadas en la austeridad y la bajada de impuestos.

Pocos meses después de conquistar el poder, el Gobierno de Rajoy aprobó el pasado 10 de febrero una reforma laboral ―“extremadamente agresiva”, en palabras del ministro de Economía, Luis de Guindos― que contempla el abaratamiento del despido o la prohibición de encadenar indefinidamente contratos temporales, entre otros aspectos. Los sindicatos no tardaron en mostrar su disconformidad con la propuesta y aseguraron que “la pluma de la CEOE (Confederación Española de organizaciones Empresariales) y Fedea” escribió el texto de la reforma. A principios de enero, el think tank Fedea ―fundación especializada en economía aplicada― publicó un estudio titulado “Diez principios fundamentales para lograr una reforma laboral eficaz y justa” que pregonaba dar prioridad a las reformas de calado, favorecer la flexibilidad interna de las empresas o suprimir la mayor parte de los contratos temporales. Gran parte de estos principios fueron recogidos en el Decreto ley de la reforma aprobado por el Ejecutivo de Rajoy.

Oleada de think tanks neoliberales
Coincidiendo con el inicio del siglo XXI, en España se crearon diferentes think tanks de marcada índole neoliberal ; cómo la Fundación Burke (2006), el Instituto Juan de Mariana (2005), Fundació Catalunya Oberta (2001), Poder Limitado (2007) o la Institución Futuro (2001). Estas organizaciones se caracterizan por tener una financiación privada, promover las ideas del libre mercado y un modelo inspirado en la Heritage Foundation norteamericana ; el paradigma de los advocacy tanks. La proliferación de laboratorios de ideas de corte liberal constituye una prerrogativa de este tipo de discurso económico en la agenda política. Por otro lado, los think tanks de izquierdas o progresistas no han evolucionado ―sobretodo en número― al mismo ritmo que los neoliberales. Esta constatación se podría explicar por la poca tradición de la filantropía privada ―sobretodo en el ámbito de la izquierda clásica― en España. No obstante, la Fundación Alternativas (además de la ya nombrada Fundación Ideas para el Progreso) está dedicando una especial atención en reclamar un mayor control de las entidades bancarias tras la crisis, una orientación más progresiva de la fiscalidad y la eliminación de los paraísos fiscales. A pesar de las aportaciones de Alternativas, Ideas o de las fundaciones de estudios de los sindicatos, en el mercado de las ideas español la balanza se decanta por el peso de las propuestas neoliberales. Esto se debe a la mayor incidencia política y mediática de estas instituciones.

En términos generales, en España está aconteciendo lo que pasó en Estado Unidos y en el Reino Unido en las décadas de 1970-1980 : un aumento del número de think tanks y un esfuerzo para adquirir notoriedad pública. Este retraso respecto a otros países se debe a la posición contraria del régimen franquista a albergar centros de pensamiento independientes. La transición democrática y los procesos de descentralización administrativa corrigieron esta carencia y aceleraron la creación de think tanks. Sin embargo, la crisis económica ha estancado este crecimiento y los recortes en subvenciones han diezmado los catalizadores de ideas que tienen un financiamiento público o mixto. En este contexto, será conveniente atender como evoluciona la batalla de las ideas entre los distintos think tanks y como cuajan sus propuestas en el seno de la opinión pública.

Article publicat a la web de l'Observatori francès de think tanks
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