dilluns, 30 de juliol del 2012

Los embriones de los ‘think tanks’ en España


El fenómeno de los ‘think tanks’ en España se encuentra en una fase embrionaria si se compara con la larga tradición de este tipo de instituciones que tienen en Estados Unidos. Según el índice anual de la Universidad de Pennsylvania sobre ‘think tanks’, en España se localizan 55 y ocupa el puesto 19 en el ranking de países con más presencia de centros de pensamiento.

Actualmente se está produciendo en España lo que aconteció en los países anglosajones durante los años 80: un crecimiento de laboratorios de ideas y un esfuerzo para adquirir notoriedad pública. No obstante, hay que remontarse a la dictadura franquista para comprender el retraso español en el desarrollo de los centros de pensamiento.



Centros de pensamiento durante el franquismo

Para el franquismo, la ciencia resultó un asunto incómodo porqué, según el nacionalcatolicismo, encarnaba buena parte de los males de una sociedad: ensalzamiento de la razón, materialismo y distanciamiento de Dios.  Así y todo, el régimen franquista permitió la existencia de instituciones que se asemejaban al prototipo de laboratorios de ideas pero sin poseer una independencia de actuación. En este sentido, se creó el Instituto de Estudios Agrosociales (1947), el Instituto de Estudios Políticos (1939) o el Instituto de  Estudios de la Opinión Pública (1964). Todas estas instituciones estaban controladas por el franquismo y servían a sus intereses.

Además de estos centros, en el seno de la propia administración se crearon y desarrollaron departamentos especializados en el estudio y análisis de problemáticas que eran competencia de los distintos ministerios. Por ejemplo, el Ministerio de Industria elaboró destacados informes sobre la economía española mediante el Servicio de Estudios del Instituto Nacional de Industria. Este contexto permitió que durante la restauración democrática existiera un entramado institucional que fue utilizado por los posteriores gobiernos democráticos pero sin tener un peso específico en el diseño y desarrollo de políticas públicas.



A parte de estas organizaciones públicas durante la dictadura también se crearon centros de pensamiento privados, entre los que destaca la Fundación de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada (FOESSA); institución perteneciente a Caritas y orientada a la atención de persones excluidas. 

Cómo hemos apuntado, el período del franquismo supuso un freno para la evolución de los laboratorios de ideas. Esto ha comportado que España, a diferencia de otros países de su entorno, no tuviera la posibilidad de imbricar una tradición de centros de pensamiento. Y esto resulta paradójico porqué la primera iniciativa española para desplegar un sistema estable de información orientada a la toma de decisiones públicas se remonta al 1877 con la creación del Instituto Nacional de Estadística (INE). 

Años más tarde, en el 1907, se creó la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), presidida por Santiago Ramón y Cajal y que permitió crear centros de investigación y dotar de becas a los científicos para estudiar en el extranjero. Sin embargo, el espíritu positivista que reinaba en la JAE era visto como una amenaza para los principios morales y religiosos por sectores próximos a la ideología tradicionalista y católica. Por este motivo, el franquismo inició la definición de una nueva política científica a partir de dos proyectos: el Instituto de España y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).



El primero se inspiró en el centenario Institute de France y, a lo referido al control de instituciones científicas preexistentes, a la nueva Academia de Italia en la cual Mussolini encuadró a la venerable Academia de Lincei. En la esfera cultural, el Instituto de España supuso control, dirección y encuadramiento; pero en el ámbito científico se mostró continuista con el legado de la JAE. Esto no fue del agrado de los responsables de la política científica del franquismo, que pretendían erradicar la concepción mancada de trascendencia religiosa de la ciencia. Para cumplir con este objetivo se fundó una institución destinada a producir una nueva comunidad científica: el CSIC. Su objetivo principal era superar la oposición entre fe y razón que se produjo durante la revolución científica y generar una nueva forma de conocimiento subordinado a Dios y a la Patria.

El primer ‘think tank’ español

Se considera que el primer catalizador de ideas español fue la Fundación Pablo Iglesias (1926), que toma el nombre del fundador del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y de la Unión General de Trabajadores (UGT). Esta fundación fue creada un año después de la muerte de Iglesias por un grupo de trabajadores organizados en el sindicato El Trabajo con el propósito de difundir el pensamiento socialista. No obstante, la Guerra Civil española y la posterior dictadura militar troncaron las evoluciones de la fundación que estuvo prácticamente inactiva hasta la transición democrática. En este sentido, el 15 de octubre de 1977, el PSOE recupera la idea inicial de la Fundación Pablo Iglesias con un acto que reunió a las principales figurar del socialismo europeo de la época, como Olaf Palme, Willy Brandt o Bruno Kreisky. En la actualidad, está integrada en la Fundación Ideas (acrónimo Igualdad, Derechos, Ecología, Acción, Solidaridad); una macrofundación que comprende todas los centros e instituciones de la formación socialista bajo el mandato de renovar el pensamiento progresista español.


Cómo en el caso de la Fundación Pablo Iglesias, la restitución democrática favoreció la creación de otros grupos centrados en el ámbito económico y político, como el Círculode Empresarios (1977) o el Institutode Estudios Económicos (1979). A partir de entonces, la aparición de nuevas instituciones vinculadas a la generación de conocimiento fue notoria y comportó la apertura a otros campos como las relaciones institucionales o el medio ambiente, entre otros. Del mismo modo, el cambio de circunstancias políticas, económicas y sociales junto con la mayor presencia de España en el panorama internacional (especialmente en la década de los años 80) propició la aparición de ‘think tanks’ especializados en las relaciones internacionales y la seguridad, siendo los más destacados el RealInstituto Elcano, el Grupo de Estudios Estratégicos (GEES) y la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE).

Dos etapas en la aparición de ‘think tanks’

A grandes rasgos se pueden identificar dos etapas diferenciadas en el surgimiento de laboratorios de ideas en España. La primera abraza el período entre la década de los 80 hasta finales del siglo XX. Esta etapa se caracteriza por la aparición de un número reducido de centros de investigación con una influencia limitada sobre el panorama político y económico. El objetivo de estas organizaciones es el de contribuir a adaptar la economía española al sistema de la Unión Europea. Son ejemplos de instituciones creadas durante este período el Instituto de Estudios Económicos (1979), la Fundación de las Cajas de Ahorro (1980), la Confederación Española deOrganizaciones Empresariales (1977) o el Círculo de Empresarios (1970). Del mismo modo, los poderes públicos también impulsaron laboratorios de ideas como el Servicio de Estudios del Banco de España o el Instituto de Estudios Fiscales (que depende del Ministerio de Economía y Hacienda).



La segunda fase coincide con el inicio del siglo XXI. Durante este período surgen nuevos institutos con un conocimiento más preciso de la realidad y una misión que se asemeja más a las que desarrollan los ‘think tanks’ norteamericanos. De acuerdo con esto, también se produce una eclosión de centros de una marcada índole liberal, como la Fundación Burke (2006), el Instituto Juan de Mariana (2005), Poder Limitado (2007) o Institución Futuro (2001).

A modo de conclusión, el despertar democrático de España impulsó en el desarrollo y la implantación de ‘think tanks’. Sin embargo, la poca tradición en este ámbito, la nula presencia en los medios de comunicación y la inexistencia de filantropía privada ha dificultado su pleno desarrollo. Además, se une otro aspecto que ha cortado drásticamente la evolución de estas organizaciones: la crisis económica.

*Artículo publicado en el Observatorio Francés de Think tanks (versión en francés

divendres, 27 de juliol del 2012

Think-tanks: The 'grey zone' between journalism and policy-makers



There are about 200 people working for think-tanks in Brussels. They occupy a middle ground between policy-makers and journalists, say Hugo Brady, senior research fellow at the Centre for European Reform."You have to be able to think like an academic, act like a diplomat and write like a journalist". In this video, he gives his take on the highly politicised discussion on the EU's borderless zone, the Schengen area.

dijous, 19 de juliol del 2012

¿Por qué EE.UU es la cuna de los think tanks?


Aunque no podemos pasar por alto la extensión del fenómeno de los think tanks más allá de las fronteras estadounidenses, hemos de insistir en que la diversidad en el estilo, la actividad y el objeto de análisis complican la elaboración de una definición unívoca e internacional de los think tanks. Dicho en otras palabras, la importación del modelo norteamericano no siempre certifica como think tanks organizaciones que, a pesar de coincidir en los fines, son estructural y funcionalmente distintas de los modelos norteamericanos. Y es que los think tanks son un fenómeno quintaesencialmente estadounidense. Desde este ángulo, es crucial la noción de librepensamiento (free-thinking) etimológica y operativamente inherente a los think tanks, aunque este pensamiento autónomo e independiente no es, ni de lejos, un denominador común del fenómeno en EE.UU.

El factor cultural deviene así el primero a tener en cuenta a la hora de abordar analíticamente los think tanks, preguntándonos si estamos ante una figura estrictamente norteamericana y, por lo tanto, si el sistema político de ese país condiciona y limita su presencia en otras culturas y sistemas políticos.

El punto de partida requerido para ofrecer una respuesta coherente es analizar las razones de la implantación y desarrollo de estas organizaciones de análisis político en EE.UU., se llamen fundaciones, institutos o centros de estudios, o adopten cualquier sigla o logotipo. Son cuatro las principales circunstancias de índole política del crecimiento constante de los think tanks en aquel país.

En primer lugar, la fragmentación del sistema gubernamental. El sistema político norteamericano reposa en la separación entre los poderes ejecutivo y legislativo. A diferencia de otros sistemas, el Congreso no adopta automáticamente el programa del presidente, ya que el primer mandatario también legisla. Cuando el Congreso y la presidencia están controlados por partidos diferentes se incrementa la posibilidad de acciones independientes y de conflicto, lo cual genera una multiplicidad de analistas. De otra parte, los departamentos del Gobierno también están fragmentados en diversas agencias gubernamentales, con intereses propios y preferencias políticas. Esta balcanización de la Administración pública norteamericana dificulta su control por el responsable del departamento.

Por otra parte, la independencia también afecta a cada uno de los representantes y senadores individualmente, dando lugar a una situación que contrasta fuertemente con la de sus homólogos de los sistemas parlamentarios europeos, incluido el británico. Representantes y senadores gozan de una gran libertad de decisión, sin que exista ninguna limitación derivada de la disciplina de partido. En los últimos años se han dado múltiples ejemplos donde miembros del legislativo han elegido seguir una línea diferente de la oficial de su partido, hasta el punto de adoptar la postura contraria y alineada a la del partido adversario. Aunque estos comportamientos no sean bien recibidos, son respetados y en ningún caso implican la expulsión del partido.



Otro elemento determinante es la ausencia de partidos políticos fuertes. Son fundamentalmente potentes máquinas electorales que, en cambio, no tienen la capacidad de ofrecer experiencia política. Los think tanks también se crearon para llenar este vacío.

Asimismo, el sistema federal estadounidense extiende esta dispersión a las responsabilidades políticas del Gobierno federal y de los Gobiernos federados, que se suma a la ya existente en el seno del sistema capitalista entre las responsabilidades de los sectores público y privado. Tal multiplicidad de participantes en el juego político se incrementa con la creciente importancia del tercer sector, el de las organizaciones sin ánimo de lucro.

En segundo lugar, son pocos los cuerpos que aglutinan los intereses privados. Los partidos políticos no se han comprometido seriamente en el desarrollo político. Además, existe una carencia de estructuras corporativas que permitan negociar con el Gobierno en nombre de los intereses privados.

En tercer lugar, los problemas gubernamentales son cada día más complejos y están cada vez más interconectados, como demuestra el conflicto entre el desarrollo económico y el medio ambiente. Este factor comporta la dificultad de encontrar expertos o consultores que puedan analizar esta complejidad que supera las especializaciones académicas. Si ha esto añadimos las interdependencias internacionales, la situación se complica todavía más.

En cuarto lugar, la última circunstancia es el aumento de nombramientos de políticos para cargos de gestión pública en detrimento de técnicos expertos. Ello comporta que los burócratas estén más preocupados por su supervivencia política y por el mantenimiento de las prerrogativas que por las políticas públicas.

Es, pues, evidente que el contexto democrático norteamericano es esencial para el estudioso interesado en el desarrollo de los think tanks. Su crecimiento reciente y su éxito no pueden entenderse sin tener en cuenta cómo funciona la democracia norteamericana, y cómo la vida de Washington D.C. es su reflejo. Este es el marco político que ha propiciado la aparición de organizaciones de análisis político para vencer la fragmentación, agrupar los intereses y hacer frente a la complejidad. Sin olvidar, claro está, la tradición filantrópica de EE.UU., favorecida básicamente por los beneficios fiscales de que gozan las actividades de beneficencia.



Aun así, no podemos dejar de lado que una de las especificidades de la sociedad norteamericana es la debilidad de la diferenciación ideológica. Como nación joven, EE.UU. no ha conocido, con la excepción de una guerra Norte-Sur, ni guerras de religión ni revoluciones sociales. A los norteamericanos, a diferencia de los europeos, no les interesan demasiado las discrepancias ideológicas, como muestra su enraizado bipartidismo. Entre los dos partidos dominantes no hay prácticamente diferencias de ideología, aunque ambos se identifiquen con determinados estratos sociales. Es más, en el seno de cada partido coexisten diversas tendencias: liberales, conservadores, proteccionistas, partidarios del libre comercio, intervencionistas y no intervencionistas.

Estos partidos se centran en temas relevantes, como la rebaja de los impuestos, la reforma del sistema de ayudas sociales, la reducción de la burocracia, la seguridad nacional, una mejor eficacia militar, al tiempo que comparten un sentimiento anticomunista (hoy también anti-islamista) y el miedo a un debate que destruyese el consenso nacional e institucional. Tal “unanimismo” institucional se traduce en la ausencia de toda la parte izquierda del espectro político tal y como existe en Europa. En un contexto de este tipo, no es extraño que la función principal de los partidos sea electoral, mientras que la ideológica se haya trasladado a la iniciativa privada.

Este repaso a la quintaesencialidad estadounidense de los think tanks no estaría completo sin referirnos a la tradición filantrópica —y sus consecuencias fiscales— de EE.UU. Los países sin una tradición filantrópica ni leyes que favorezcan la filantropía privada carecen de unos recursos fundamentales para favorecer la investigación política independiente. La misma noción de think tank implica la independencia intelectual o, como mínimo, la autonomía respecto del Estado y de los intereses institucionalizados.

EE.UU. cuenta con miles de fundaciones y think tanks independientes del Estado. Su estatuto fiscal les permite recibir hasta el 90 por ciento de su financiación a través de donaciones privadas. La filantropía privada es sólo una parte de las redes asociativas norteamericanas; una tradición estrechamente vinculada a la cultura económica del país. El sistema capitalita prima la teoría de la oferta y la demanda, por lo que los investigadores de los think tanks, siguiendo este principio, no esperan a que se les soliciten sus servicios para ponerse a trabajar. Ellos mismos fijan los objetivos que pretenden lograr y trabajan, tácitamente de acuerdo con sus colaboradores, en proyectos de reconocida utilidad pública. Como en cualquier empresa, intentan luego vender sus productos intelectuales y para ello recurren a las técnicas del marketing. No es extraño que un think tank ofrezca sus servicios a través de una página de publicidad en una revista. Todo esto implica el riesgo, a menudo considerable, de haber implicado durante meses a un grupo de investigadores en un proyecto que no encontrará cliente. Pero arriesgarse es un elemento fundamental de la ética capitalista y del carácter estadounidense. Se trata, sin embargo, de riesgos calculados: antes de iniciar cualquier investigación, se realizan estimaciones y análisis, y la designación de los expertos adecuados no se lleva a cabo hasta después de largas deliberaciones.



Los think tanks se rigen por la economía de mercado. Se enmarcan plenamente en la cultura de los negocios. Más aún, son empresas regidas por la competitividad, las más modernas técnicas comerciales y otros tantos elementos que condicionan la evolución de las empresas de nuestro tiempo.

Existe igualmente una paradoja que ya hemos apuntado y que, aunque es inherente al fenómeno de los think tanks, debe ser considerada. Nos referimos a la mezcla de fascinación y escepticismo —incluso desdén— por la experiencia. Algunos autores explican que el hecho de criticar ferozmente a los expertos y a los intelectuales es una vieja tradición estadounidense, del mismo modo que es habitual alabar la sabiduría e inteligencia práctica de la ciudadanía. Este desprecio por la figura del intelectual es compartida a veces por determinadas elites: el presidente Woodrow Wilson, a su vez intelectual de primer orden, advirtió del peligro que suponía otorgar demasiada importancia a los expertos. De hecho, en la sociedad norteamericana, todo va bien si los expertos ofrecen valiosos estudios y argumentos inmediatamente aplicables. Si la experiencia parece adulterada, el público y la clase política rechaza el producto y a los expertos. En pocas palabras, los expertos e intelectuales no tienen el derecho a equivocarse.

En suma, la idiosincrasia estadounidense de los think tanks es innegable. También es evidente que ningún otro país ha generado un fenómeno tal y de tales proporciones. La experiencia privada, a pesar del recelo nacional hacia los especialistas, ha llegado a influenciar todos los aspectos de la sociedad norteamericana. A causa de la dura ley del mercado, los think tanks están obligados a alcanzar y mantener los más altos niveles de excelencia. Unas cotas que difícilmente pueden conseguirse sin una generosa financiación.

dilluns, 16 de juliol del 2012

Selección de think tanks españoles

Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos (RIE). El Real Instituto Elcano es una fundación privada, independiente de la administración pública y de las empresas que mayoritariamente la financian. Se constituyó, bajo la Presidencia de Honor de S.A.R. el Príncipe de Asturias, el 27 de diciembre 2001, con una tarea fundamental: realizar un estudio exhaustivo de los intereses de España y de los españoles en la sociedad internacional, para ponerlo al servicio de la comunidad. El RIE está presidido por Emilio Lamo de Espinosa y tiene como misión esencial servir de foco de pensamiento y de generación de ideas que resulten útiles para los responsables políticos, los dirigentes de las instituciones públicas y privadas interesadas y la formación de la opinión pública. Es uno de los think tanks más influyentes en España y cuenta con un presupuesto que supera a los 4 millones de euros anuales.



 • Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE). Fue creado en 1999 para investigar sobre la democratización, la paz, la seguridad, los derechos humanos y la acción humanitaria y de desarrollo. Es el editor en España de la revista de estudios internacionales Foreign Policy además del promotor de la iniciativa conocida como Club de Madrid dedicada al fortalecimiento de la democracia. En él, ex-jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo se reúnen para promover avances democráticos en todos los regímenes del mundo. La Fundación FRIDE está presidida por Diego Hidalgo, que ha ocupado altos cargos en el Banco Mundial y en varias editoriales, además de ser senior fellow de The Gorbachev Foundation of North America.

 • Grupo de Estudios Estratégicos (GEES). Creado en 1986 con el propósito de poner en común las experiencias de diversos expertos dedicados al estudio y análisis de la seguridad internacional y la defensa. Sus propuestas son de inspiración neoconservadoras y está integrado por personas provenientes del mundo académico, del militar, de la empresa privada y de profesiones liberales. Los atentados en Nueva York y Washington, el 11 de septiembre de 2001, junto con los terribles sucesos de Madrid, el 11 de marzo de 2004, provocaron cambios importantes en la actividad del GEES. La demanda de sus colaboraciones aumentaron con el encargo de aclarar los elementos fundamentales del nuevo entorno estratégico, con especial incidencia en el caso español. Los analistas del GEES comenzaron a elaborar textos más breves, más directos y con una mayor carga de opinión. Ante la Guerra contra el Terror el GEES evolucionó hacia un mayor compromiso ideológico. El GEES pasó de renovar la página una o dos veces a la semana a colocar una media de cinco textos cada día. Logró los derechos de reproducción de estacadas figuras internacionales, desarrolló el área de documentación y, sobre todo, fue consolidando un grupo de colaboradores propios. Al igual que la FRIDE, su financiación es 100% privada.

• Fundación Ciudadanía y Valores (Funciva). Es una institución independiente formada por profesionales de diferentes áreas y distintos planteamientos ideológicos que pretende afrontar los problemas sociales desde una pespectiva de cooperación y concordia, con el fin de ayudar positivamente a mejorar las personas, la convivencia y el progreso social. Funciva nació en agosto de 2006 como una organización privada, sin ánimo de lucro y desvinculada de cualquier ideología, con el fin de promover la reflexión intelectual y el debate público sobre los temas que conciernen a una sociedad democrática. En este sentido, tratan temas como los derechos humanos, la promoción de los valores democráticos y la dignidad de las personas.



 • Fundación Alternativas. Nació en 1997 con la voluntad de ser un cauce de incidencia y de reflexión política, social, económica y cultural en España y Europa, en el marco de una mundialización creciente. El objetivo central de los impulsores de este proyecto es el análisis y definición de nuevas ideas, dirigiéndose al encuentro de los ciudadanos y del conjunto de la sociedad. Las áreas de trabajo de la Fundación Alternativas abarcan desde cuestiones de carácter socio-económico (como el modelo de crecimiento de la economía española, los sistemas de apoyo a la familia, o los retos del Estado del Bienestar) hasta las relacionadas con la calidad de la democracia y la seguridad ciudadana (lucha contra el terrorismo, las mafias ilegales, el vandalismo, etcétera), pasando, también, por otros temas de interés como son la protección del medio ambiente, la cultura o la lucha contra la discriminación o la política exterior de seguridad y defensa. La Fundación está dirigida por el cineasta catalán Pere Portabella, que fue diputado en el Parlamento de Cataluña por el PSUC y senador entre 1980 y 1984, y su patronado cuenta con destacadas personalidades socialistas.



 • Fundación Burke. Esta Fundación nace en enero de 2006 con el propósito de convertirse en una institución de referencia en el panorama cultural español, con la misión de profundizar y difundir los principios tradicionales del pensamiento conservador, y de este modo contribuir a una sociedad más libre, justa y virtuosa mediante los principios del modelo político y social de Occidente: gobierno limitado, libertad individual, responsabilidad personal, sometimiento del poder al Derecho, economía libre y una invariante moral para el orden político. La Fundación Burke orienta sus postulados a fortalecer una alternativa intelectual conservadora en España sin complejos que permita recuperar la naturaleza popular del pensamiento conservador y el valor del legado de la civilización occidental cristiana. Este think tank compagina la actividad intelectual con la formativa. Así, tiene un programa de formación para jóvenes que combina los componentes intelectuales (formación en los principios conservadores) con los de formación “cívica” o de liderazgo (formación en los modos de actuar, en el desarrollo de una sensibilidad hacia lo político, en la comprensión de la realidad social concreta…) La Fundación Burke se financia con los recursos que provienen del rendimiento de su patrimonio y, en su caso, con aquellos otros procedentes de las ayudas, subvenciones o donaciones que reciba de personas o entidades exclusivamente privadas.

 • Instituto Juan de Mariana (IJM). Es una institución liberal e independiente dedicada a la investigación de los asuntos públicos que se creó el año 2005. Con el fin de mantener una independencia plena, el Instituto no acepta subvenciones o ayudas de ningún gobierno o partido político. El objetivo del Instituto es convertirse en un punto de referencia en el debate de las ideas y de las políticas públicas con la vista puesta en una sociedad libre. Para conseguirlo, el IJM estudia y difunde la naturaleza del mercado. El nombre del Instituto proviene del más prominente pensador de la Escuela de Salamanca, encarcelado a principios del siglo XVII por su oposición al rey Felipe III. Para difundir sus ideas, el Instituto acoge ponencias, organiza cursos y seminarios e interviene en el debate público aportando la presencia de sus investigadores en medios de comunicación, publicaciones especializadas, universidades, comités técnicos y demás foros públicos abiertos a sus contribuciones. Al no recibir subvenciones de ningún tipo, el Instituto Juan de Mariana se financia gracias a las ayudas que recibe de particulares, fundaciones e instituciones privadas que comparten sus objetivos.



 • Institución Futuro. Es un catalizador de ideas y acción creado el 2001 por un grupo de empresarios para diseñar y promover un mejor futuro de la sociedad civil navarra en el ámbito socioeconómico, mediante el análisis de las políticas públicas y la presentación de propuestas innovadoras logradas a través de sus investigaciones y actividades. Como centro de investigación socioeconómica, estudia el desarrollo de las regiones a largo plazo, con el fin de inspirar planes de acción. Asimismo, actúa como observatorio para detectar y aplicar las tendencias más destacadas que surgen en los foros de la Sociedad del Conocimiento. Institución Futuro es una entidad independiente y sin ánimo de lucro, y ha sido declarada de interés social. Sus socios pertenecen al ámbito empresarial y profesional, y no mantienen ninguna adscripción política e ideológica. La Institución Futuro pertenece es miembro de la red europea y liberal de think tanks The Stockholm Network.

dimarts, 10 de juliol del 2012

The Fraser Institute - What is a think tank?

Funcions i tipologies dels think tanks


La diversitat de l’estil, l’activitat i l’objecte d’anàlisi dels think tanks fa difícil l’establiment d’una definició unívoca i general. La nebulosa frontera conceptual d’aquestes organitzacions ha conduït els estudiosos a analitzar les funcions que desenvolupen per a poder explicar la seva naturalesa. D’acord amb això, les seves principals tasques són:

-  Realitzar una anàlisis intel·lectual de les problemàtiques polítiques mitjançant metodologies interdisciplinars que s’apliquen a qüestions rellevants de l’acció de govern.
-     Atendre les idees i conceptes polítics investigant i analitzant les normes que presideixen la decisió pública.
-          Formació de personal qualificat per a tasques de govern.
-   Mantenir una perspectiva a llarg termini, més centrada en les tendències que no pas en els esdeveniments immediats.
-          Desvincular-se, en major o menor mesura, del govern i dels partits polítics.
-          Pressionar els governs directament o a través de les seves publicacions.
-          Informar a una àmplia audiència utilitzant àmplies i diverses tècniques comunicatives.

En la pràctica, aquestes activitats suposen que els think tanks “es dediquen a generar coneixements, valors i estratègies que puguin influir en el disseny i l’operativitat del sistema polític, i en la planificació i l’avaluació de les polítiques públiques en cada un dels àmbits territorials on operen els governs (internacional, continental, estatal, autonòmic/federal i local)”.[1]

Podem distingir entre els think tank que pretenen informar el debat públic (forum think tanks) i els que volen imposar una visió particular sobre una problemàtica pública (committed think tanks). No obstant això, aquesta distinció no soluciona qüestions estructurals a l’hora de diferenciar els think tanks d’altres organitzacions dedicades a la investigació política. En aquest context, R.K. Weaver[2] ha estat l’autor que ha aportat una classificació molt aclaridora que resolt les controvèrsies d’identificació. Així, doncs, proposa les següents categories:

a)      «Universitats sense estudiants» (universities without students)
b)      «Organitzacions d’investigació contractada» (contract research organizations)
c)      «Centres militants» (advocacy tanks)

Les universitats sense estudiants són institucions amb un gran nombre de personal (normalment professors universitaris) que treballa principalment en la l’elaboració de llibres i publicacions diverses. A diferència de les universitats, el personal d’aquestes organitzacions no es dedica a la formació acadèmica; sinó a la investigació d’àrees temàtiques més pràctiques relacionades amb l’activitat política. Per aquest motiu, generen conclusions més sensibles als debats polítics corrents que les universitats tradicionals. Tal i com apunta Jordi Xifra, la diversificació de les fonts de finançament és una característica d’aquesta tipologia de tancs d’idees, ja que els fons procedeixen de corporacions, individus i fundacions. Aquesta varietat de patrocinadors redueix el risc de  reaccions negatives davant dels hipotètics resultats negatius d’una determinada investigació encarregada per un client.[3] La Brookings Institution i l’American Enterprise Institute formarien part d’aquesta tipologia que s’emmarca dins el forum think tanks.


La categoria de les organitzacions d’investigació contractada fa referència als think tanks que actuen contractats pel govern o pels interessos privats per iniciar una investigació en qualsevol camp. Contràriament al primer grup, aquest model gaudeix d’una marcada idiosincràsia partidista, d’acord amb els interessos dels fundadors, dels membres i dels clients. Les seves conclusions han de concordar amb els interessos dels cients, si no volen perdre’ls en benefici dels laboratoris d’idees de la competència. Juntament amb els advocacy tanks s’engloben en el grup dels committed think tanks. L’estreta col·laboració de la Rand Corporation amb el Departament de Defensa nord-americà converteix aquesta organització en un bon exemple d’aquesta tipologia de tanc d’idees.



Pel que fa als advocacy tanks o centres militants, aquests constitueixen una nova deriva d’aquest tipus d’organitzacions que posa en crisi la imparcialitat ideològica que originàriament venia associada als laboratoris d’idees. La dificultat de separar-los dels grups d’influència és immensa, ja que el seu principal objectiu és provocar un canvi en l’acció política i no pròpiament la investigació política. Aquest model destaca per la pràctica d’una política agressiva dirigida a imposar la pròpia ideologia en l’agenda política. Per influir en el debat públic vigent en cada moment recorren especialment a les tècniques de relacions públiques unidireccionals. Els formats utilitzats per difondre els seus missatges solen ser els informes o estudis breus, més que els llibres. Generalment, aquest tipus d’institucions estan vinculades a un partit polític. L’exemple més paradigmàtic és la Heritage Foundation, organització conservadora vinculada al Partit Republicà nord-americà. Des del seu naixement, aquest tanc d’idees es va especialitzar en l’investigació de polítiques públiques de resposta ràpida i en la comercialització de les seves obres acadèmiques per a un consum polític. Així, doncs, es va erigir com un interlocutor vàlid pels equips legislatius republicans i pels periodistes interessats en equilibrar un article amb reflexions d’una font conservadora autoritzada.


Més enllà de les categories proposades per Weaver, trobem els think tanks creats en honor a una personalitat política o per complir un llegat polític que no s’ha pogut dur a terme que s’anomenen vanity tanks. Aquesta denominació va ser utilitzada per primera vegada per Robert K. Landers en un informe publicat al Congressional Quarterly el 1986. Així, doncs, la Hoover Institution of War,Revolution and Peace o el NixonCenter són exemples de vanity tanks. A Catalunya, el Centre d’Estudis Jordi Pujol també formaria part d’aquesta tipologia.


[1] REQUEJO, F. [et al]. “Els think tanks a Catalunya”. Idees (2000), núm. 7, p. 42-61.
[2] WEAVER, R.K. “The Changing World of Think tanks”. Political Science and Politics (1989), Vol.22, núm.3, pp.563-578.
[3] XIFRA, J. “Els think tanks”, p.38. 

dilluns, 9 de juliol del 2012

El framing i la fabricació de marcs


George Lakoff (a la foto) [1] exposa que per guanyar batalles electorals, en democràcia s’ha de tenir la capacitat de definir abans el terreny de joc del debat ideològic. Lakoff anomena a aquesta acció “emmarcar”. 



Els marcs[2] són estructures mentals que donen forma a la manera com veiem el món. En conseqüència, modelen els objectius que perseguim, els plans que fem, la manera com actuem i allò que considerem que és un bon o un mal resultat de les nostres accions:

“Els marcs estan impresos en les sinapsis del nostre cervell, físicament presents en forma de circuits neuronals. Quan els fets no concorden amb els marcs, es conserven els marcs i s’ignoren els fets”.[3]

Posem un exemple. Quan George W. Bush va accedir a la presidència dels Estats Units, des de la Casa Blanca es va posar en circulació l'expressió Tax relief (alleujament fiscal). El marc que evoca la paraula “alleugeriment” implica una acció positiva. Perquè es produeixi un alleujament abans ha d'haver una xacra, algú que la pateixi i algú amb la capacitat d'apaivagar-la. Aquest últim es converteix en un heroi i si algú prova de frenar-lo, serà un traïdor perquè evitarà que alleugi el malestar. Quan a la paraula “alleugeriment” se li uneix l'adjectiu “fiscal”, s'obté una metàfora: els impostos són un alifac. La persona que els faci desaparèixer serà considerat un heroi i, qui pretengui aturar-lo, serà malèfic. El llenguatge que evoca el marc surt de la Casa Blanca i es transmet a través dels comunicats de premsa, de les emissions de ràdio i televisió, de les entrevistes de la premsa, etc. Posteriorment, el New York Times, la FOX, la CNN o la NBC també utilitzen l'expressió pla d'alleujament fiscal del president.

De la mateixa manera, El xoc decivilitzacions [4] de Samuel P. Huntigton és un informe incisiu, en la línia de La fi de la història [5] de Francis Fukuyama, que aborda les diferents formes adoptades per la política mundial després de la caiguda del comunisme amb una finalitat molt concreta. Segons Huntigton, la font principal de conflictes un cop superat l'escenari de la guerra freda no té arrels econòmiques ni ideològiques, sinó més aviat culturals, en l'enfrontament de les diferències religioses de les grans civilitzacions.


Reivindicat i llegit al peu de la lletra per diversos acòlits de les dues administracions de George W. Bush, amb la seva teoria de l’alteritat amenaçant, Huntington va proporcionar arguments als que van voler interpretar després dels atemptats de l'11-S una guerra entre l'Occident cristià i l'Orient musulmà. L'aportació doctrinal de Samuel Huntigton, una de les figures més destacades de la Trilateral Comission, juntament amb Henry Kissinger, Zbignew Brzezinski i Madeleine Albright ―un grup que té una gran influència en la política exterior nord-americana―, va facilitar l'acceptació de les justificacions de l' guerra de l'Iraq com les "armes de destrucció massiva" o l’"eix del mal".

Així, doncs, “emmarcar” consisteix a triar un llenguatge que es correspongui amb la visió del món d’un mateix. Però no es tracta exclusivament d’una qüestió lingüística; sinó més aviat cognitiva en relació amb les idees fonamentals que aquest llenguatge evoca.


[1] LAKOFF, G. “No pensis en un elefant! Llenguatge i debat polític”. Barcelona: Viena edicions, 2008.         
[2] Frames, en anglès. També s’utilitzen com a eina conceptual en d’altres disciplines, com la psicologia o la sociologia.
[3] LAKOFF, G. p.99.
[4] HUNTINGTON, S. “The clash of civilizations and the remaking of world order”. New York: Simon & Schuster, 1996.
[5] FUKUYAMA, F. “The End of History and the Last Man”. New York: Penguin, 1992.

divendres, 6 de juliol del 2012

Els think tanks a Catalunya


A Catalunya, com a l’Estat espanyol, la majoria de think tanks (75%) es van crear a partir de l’any 1980; com a conseqüència de la proliferació de processos de descentralització politicoadministrativa a nivell europeu. En el cas català, l’assoliment sistemàtic de més quotes d’autogovern va afavorir la creació de nombrosos centres d’estudi i d’anàlisi política, desenvolupats a partir de les tradicions organitzatives del país i de les lògiques de les seves institucions, tant autonòmiques com locals.  Aquest és el cas de la Fundació Carles Pi i Sunyer, especialitzada en la recerca i la promoció del coneixement sobre l’àmbit local i les comunitats autònomes.

Originàriament, aquestes organitzacions no s’anomenaven think tanks; però en els darrers anys, els mitjans de comunicació, els partits polítics i el món acadèmic han optat per incorporar aquest terme anglosaxó a l’hora de referir-s’hi. No obstant això, el seu estatus, finançament i visibilitat difereixen en molts aspectes dels laboratoris d’idees nord-americans.

L’any 1999, un estudi dirigit per Ferran Requejo permetia establir una situació preliminar sobre el model català de laboratoris d’idees i identificar algunes característiques inicials:

- El fenomen dels think tanks a Catalunya és relativament nou ja que el 80% d’aquestes organitzacions s’han constituït a partir del 1980.

- La major part són força febles a nivell institucional i organitzatiu. Tenen unes dimensions reduïdes, gaudeixen de pocs recursos, els seus membres són poc professionalitzats i són molt dependents dels col·laboradors externs.

- Els tancs de pensament amb petites dimensions es concentren en l’Administració local i en l’autonòmica. En canvi, els de grans dimensions ho fan amb l’Estat, la Unió Europea i les Administracions autonòmiques.

- La majoria tenen un àmbit d’actuació nacional (govern autonòmic i entitats locals) i molt pocs tenen interès i capacitat per influir a nivell estatal.

- En termes generals, el grau de finançament privat que disposen es pot considerar molt escàs.

- La majoria de les activitats que porten a terme busquen un impacte que es limita a cada àmbit o sector.

- La producció més important es fonamenta en estudis d’avaluació de les polítiques públiques.

- La relació i els contactes amb l’Administració Pública són bàsics per a la majoria de laboratoris d’idees.

Com són els think tanks catalans?

Fruit de l’anàlisi continguda a la Guia de thinktanks a Catalunya on s’estudiaven vint tancs de pensament, ara podem precisar una mica més com són aquestes institucions a casa nostra. Com es pot veure a la següent gràfica, les dues tipologies predominants són els "centres militants" i les "fundacions dels partits polítics"



Pel que fa a l’especialització dels think tanks catalans, la gran majoria aborden temes relacionats amb la política catalana i amb les diferents ideologies a les quals estan adscrits (bàsicament fundacions de partits polítics). És a dir, la CatDem amb el catalanisme; la Rafael Campalans amb el socialisme; la Nous Horitzons amb l’ecologisme i la Fundació Josep Irla i el Cercle d’Estudis Sobiranistes amb l’independentisme. En aquest context, també trobem organitzacions especialitzades en les relacions internacionals. Aquest és el cas de la Fundació Cidob i de l’IEMed. Ambdues institucions gaudeixen de gran prestigi i els seus investigadors sovint són citats i participen en els mitjans de comunicació com a experts. En aquest context, la Casa Àsia està desenvolupant una tasca molt important de coneixement i difusió sobre la regió d’Àsia i el Pacífic, un dels pols geogràfics més dinàmics del planeta.


Una altra característica del model de think tanks català ―i també espanyol― és la forta dependència amb l’Administració. A diferència dels Estats Units, la filantropia privada està molt poc desenvolupada a casa nostra. Per aquest motiu, els laboratoris d’idees finançats exclusivament a través de fons privats només representen un 26%. Com es pot veure a la gràfica, més del 60% de think tanks es financen mitjançant un sistema mixt de capital públic i privat. No obstant això, l’aportació pública generalment acostuma a ser la més important.