El
fenómeno de los ‘think tanks’ en España se encuentra en una fase embrionaria si
se compara con la larga tradición de este tipo de instituciones que tienen en
Estados Unidos. Según el índice anual de la Universidad de Pennsylvania sobre ‘think
tanks’, en España se localizan 55 y ocupa el puesto 19 en el ranking de países
con más presencia de centros de pensamiento.
Actualmente
se está produciendo en España lo que aconteció en los países anglosajones
durante los años 80: un crecimiento de laboratorios de ideas y un esfuerzo para
adquirir notoriedad pública. No obstante, hay que remontarse a la dictadura
franquista para comprender el retraso español en el desarrollo de los centros
de pensamiento.
Centros de pensamiento durante el
franquismo
Para
el franquismo, la ciencia resultó un asunto incómodo porqué, según el
nacionalcatolicismo, encarnaba buena parte de los males de una sociedad:
ensalzamiento de la razón, materialismo y distanciamiento de Dios. Así y todo, el régimen franquista permitió la
existencia de instituciones que se asemejaban al prototipo de laboratorios de
ideas pero sin poseer una independencia de actuación. En este sentido, se creó
el Instituto de Estudios Agrosociales
(1947), el Instituto de Estudios
Políticos (1939) o el Instituto
de Estudios de la Opinión Pública
(1964). Todas estas instituciones estaban controladas por el franquismo y
servían a sus intereses.
Además
de estos centros, en el seno de la propia administración se crearon y desarrollaron
departamentos especializados en el estudio y análisis de problemáticas que eran
competencia de los distintos ministerios. Por ejemplo, el Ministerio de
Industria elaboró destacados informes sobre la economía española mediante el Servicio de Estudios del Instituto Nacional
de Industria. Este contexto permitió que durante la restauración
democrática existiera un entramado institucional que fue utilizado por los
posteriores gobiernos democráticos pero sin tener un peso específico en el
diseño y desarrollo de políticas públicas.
A
parte de estas organizaciones públicas durante la dictadura también se crearon
centros de pensamiento privados, entre los que destaca la Fundación de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada (FOESSA);
institución perteneciente a Caritas y orientada a la atención de persones
excluidas.
Cómo
hemos apuntado, el período del franquismo supuso un freno para la evolución de
los laboratorios de ideas. Esto ha comportado que España, a diferencia de otros
países de su entorno, no tuviera la posibilidad de imbricar una tradición de
centros de pensamiento. Y esto resulta paradójico porqué la primera iniciativa
española para desplegar un sistema estable de información orientada a la toma
de decisiones públicas se remonta al 1877 con la creación del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El
primero se inspiró en el centenario Institute
de France y, a lo referido al control de instituciones científicas
preexistentes, a la nueva Academia de Italia en la cual Mussolini encuadró a la
venerable Academia de Lincei. En la
esfera cultural, el Instituto de España
supuso control, dirección y encuadramiento; pero en el ámbito científico se
mostró continuista con el legado de la JAE. Esto no fue del agrado de los
responsables de la política científica del franquismo, que pretendían erradicar
la concepción mancada de trascendencia religiosa de la ciencia. Para cumplir
con este objetivo se fundó una institución destinada a producir una nueva
comunidad científica: el CSIC. Su objetivo principal era superar la oposición
entre fe y razón que se produjo durante la revolución científica y generar una
nueva forma de conocimiento subordinado a Dios y a la Patria.
El primer ‘think tank’ español
Se
considera que el primer catalizador de ideas español fue la Fundación Pablo Iglesias (1926), que
toma el nombre del fundador del Partido
Socialista Obrero Español (PSOE) y de la Unión General de Trabajadores (UGT). Esta fundación fue creada un
año después de la muerte de Iglesias por un grupo de trabajadores organizados
en el sindicato El Trabajo con el
propósito de difundir el pensamiento socialista. No obstante, la Guerra Civil
española y la posterior dictadura militar troncaron las evoluciones de la
fundación que estuvo prácticamente inactiva hasta la transición democrática. En
este sentido, el 15 de octubre de 1977, el PSOE recupera la idea inicial de la Fundación Pablo Iglesias con un acto que
reunió a las principales figurar del socialismo europeo de la época, como Olaf
Palme, Willy Brandt o Bruno Kreisky. En la actualidad, está integrada en la
Fundación Ideas (acrónimo Igualdad, Derechos, Ecología, Acción,
Solidaridad); una macrofundación que comprende todas
los centros e instituciones de la formación socialista bajo el mandato de
renovar el pensamiento progresista español.
Cómo
en el caso de la Fundación Pablo Iglesias,
la restitución democrática favoreció la creación de otros grupos centrados en
el ámbito económico y político, como el Círculode Empresarios (1977) o el Institutode Estudios Económicos (1979). A partir de entonces, la aparición de nuevas
instituciones vinculadas a la generación de conocimiento fue notoria y comportó
la apertura a otros campos como las relaciones institucionales o el medio
ambiente, entre otros. Del mismo modo, el cambio de circunstancias políticas,
económicas y sociales junto con la mayor presencia de España en el panorama
internacional (especialmente en la década de los años 80) propició la aparición
de ‘think tanks’ especializados en las relaciones internacionales y la
seguridad, siendo los más destacados el RealInstituto Elcano, el Grupo de
Estudios Estratégicos (GEES) y la Fundación
para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE).
Dos etapas en la aparición de
‘think tanks’
A
grandes rasgos se pueden identificar dos etapas diferenciadas en el surgimiento
de laboratorios de ideas en España. La primera abraza el período entre la
década de los 80 hasta finales del siglo XX. Esta etapa se caracteriza por la
aparición de un número reducido de centros de investigación con una influencia
limitada sobre el panorama político y económico. El objetivo de estas
organizaciones es el de contribuir a adaptar la economía española al sistema de
la Unión Europea. Son ejemplos de instituciones creadas durante este período el
Instituto de Estudios Económicos (1979),
la Fundación de las Cajas de Ahorro
(1980), la Confederación Española deOrganizaciones Empresariales (1977) o el Círculo de Empresarios (1970). Del mismo modo, los poderes públicos
también impulsaron laboratorios de ideas como el Servicio de Estudios del Banco de España o el Instituto de Estudios Fiscales (que depende del Ministerio de
Economía y Hacienda).
La
segunda fase coincide con el inicio del siglo XXI. Durante este período surgen
nuevos institutos con un conocimiento más preciso de la realidad y una misión
que se asemeja más a las que desarrollan los ‘think tanks’ norteamericanos. De
acuerdo con esto, también se produce una eclosión de centros de una marcada
índole liberal, como la Fundación Burke (2006), el Instituto Juan de Mariana
(2005), Poder Limitado (2007) o Institución Futuro (2001).
A
modo de conclusión, el despertar democrático de España impulsó en el desarrollo
y la implantación de ‘think tanks’. Sin embargo, la poca tradición en este
ámbito, la nula presencia en los medios de comunicación y la inexistencia de
filantropía privada ha dificultado su pleno desarrollo. Además, se une otro
aspecto que ha cortado drásticamente la evolución de estas organizaciones: la
crisis económica.